martes, 27 de septiembre de 2011

CRÍTICA DRIVE (2011): CUANDO EL CINE RESPIRA...

Tarkovsky quedó atrás, las influencias marcaron las bases, la identidad apareció por si sola.

Nicolas Winding Ref. ha lanzado un mensaje tan poderoso al mundo del cine que solo nos queda estremecernos de placer en la butaca. El director deja que sea la propia película la que tome vida, respire. Un ser excepcional en forma de celuloide. Arte, cine…

Nos vamos a los ochenta, los sintetizadores son la banda sonora de unos Los Angeles llenos de luces de neón, vemos a un héroe solitario recorriendo las mismas calles que Michael Mann retrató excepcionalmente en Collateral. La tensión, la adrenalina, un personaje heredero de Alain Delon en EL SILENCIO DE UN HOMBRE, unos seres con el alma más negra que el tuétano, un niño, una madre, venganza…



DRIVE es cine. Puede ser un western moderno, una película independiente, una cinta de los años 80(añorando los tiempos de la Canon y Martin Riggs). Es icónica, brutal, parca en palabras (los silencios muchas veces son más importantes que lo que decimos). Los actores están formidables.

Ahora más que nunca amo los años 80.

Si ves el cine como una experiencia más allá del entretenimiento, una pasión que nos entrega a un mundo perfecto donde nos escondemos en personajes y historias que nos gustaría ser y vivir…Si ves el cine como lo veo yo , amarás Drive.

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