miércoles, 25 de mayo de 2011

TODOS QUEREMOS A AUDREY

“Nací con una necesidad enorme del afecto, y una necesidad terrible de darlo”.
Vivimos en una época en la que se ha desvirtuado totalmente las características de ser una “estrella”. Ya no quedan figuras tan icónicas como un James Dean bañado en petróleo o un Paul Newman devorando medio centenar de huevos sin perder un ápice de su atractivo.
Y ellas… Bridget Bardot, Sofia Loren, Catherine Hepburn… Flores de otro mundo siempre condenadas a marchitarse con el paso de los años por culpa de una industria tan injusta a la vez de misógina (lo sigue siendo a día de hoy) como es la industria de los sueños. Por suerte la memoria es un bien privativo y no objeto de comercio…Y siempre es bueno recordar a alguien como Audrey Hepburn.
Su fragilidad, elegancia, ternura, candidez… ¿Quién podía osar no enamorarse de Audrey? Su imagen inmortalizada, cristalina, icónica…Millones de personas alguna vez mirando un escaparate ha rendido tributo, a ritmo de Mancini, a la inolvidable Audrey. Mujer adelantada a su tiempo, nunca se dejaba doblegar ni ante “machos” como Bogart, Connery y un largo etcétera.  Sus compañeros de reparto solo tuvieron palabras amables hacia ella.
Cuando falleció, otra grande que nos dejó hace poco, Elizabeth Taylor dijo de ella:
“Dios está hoy contento por tener un ángel como Audrey a su lado”
Y podría haber añadido que el mundo parecía más gris por perder a alguien que no parecía de este mundo.
Los ángeles deberían tener el rostro de Hepburn. La bondad infinita en la mirada. Su sonrisa perfecta. Su calidad humana. Su figura de princesa de cuento de hadas (amén por Vacaciones en Roma).
Demasiados tributos, dones, regalos para un ser tan hermoso si era mortal. Encarnación de lo que significa el amor a una mujer, el amor de verdad, el que al igual que la leyenda de la actriz solo ocurre una vez en la vida.
Decir Audrey Hepburn es hablar de una maravillosa actriz y estupenda persona que miles de generaciones detendrán el tiempo y el espacio observando su rostro por encima de modas. Estando viva en la memoria de todos. Enamorándonos.
Si  ha existido la mujer perfecta, esa mujer querría parecerse a Audrey.

Con cariño y admiración de Manuel Chirivella. Los ángeles existen después de todo.

1 comentario:

  1. Hay muchos ángeles y no tienen por qué ser precisamente actores o actrices...de hecho están más cerca y te cruzas con ellos a diario...solo que normalmente no solemos darnos cuenta y pasamos de largo.

    ResponderEliminar